domingo, 28 de febrero de 2010

Humpty Dumpty

Humpty Dumpty: There's glory for you!
- I don't know what you mean by 'glory', Alice said.
Humpty Dumpty smiled contmptuously. - Of course you don't.- till I tell you. I meant 'there's a nice knock-down argument for you' -.
- But 'glory' doesn't mean 'there's a nice knock-down argument for you'- Alice objected.
-When I use a word-, Humpty Dumpty said, in a rather scornful tone, -it means just what I choose it to mean, neither more nor less -.
- The question is-, said Alice - whether you can make words mean so many different things-.
- The question is-, said Humpty Dumpty - which is to be master- that's all.

Estas palabras de Humpty Dumpty dejan pensando. Y es que el huevo tenía toda la razón. El lenguaje es un lugar en donde las relaciones de poder y de autoridad están presentes y van construyendo la lengua. Ninguna lengua se formó de manera regular, idéntica o invariable entre los hablantes. Siempre hubieron y hay dialectos, entonaciones y variaciones que difieren entre hablantes de una misma lengua. Estas voces diversas dependen de un montón de cosas: desde el espacio geográfico hasta la clase social y la influencia de lenguas extranjeras. Y todas las lenguas han llegado a un punto histórico en el que buscan normativizar el lenguaje; eso es, definir, a través de una gramática, que es lo "bien dicho" y que no lo es. Así pues, se toma una decisión y se fija cuál de estas distintas voces es la "correcta". El problema es que no hay ninguna razón lingüística para decidir, no existe una forma de hablar que sea mejor que las demás, la decisión está en el plano de quién tiene el poder y es la forma de hablar de este grupo de autoridad la que se proclama como "correcta". De esta manera, la relación entre los que hablan "bien" y los que hablan "mal" es directamente proporcional a los que tienen el poder y a los que no.
Y esto es algo que se va reproduciendo una y otra vez. Un ejemplo: los jóvenes mexicanos de clase media-alta detestan el uso de la palabra 'cabello'. Es evidente que esta no es una palabra agramatical, pero la cosa es que mediante el uso o el no uso de esta palabra, los jóvenes deciden quiénes son como ellos y quiénes no. Incluso cuando muchos no se dan cuenta de que lo hacen es algo que pasa. Y es, a fin de cuentas, lo que dice Humpty Dumpty: este grupo a hecho significar la palabra 'cabello' literalmente lo que ellos han querido, 'palabra sinónima de pelo que es utilizada por gente de menor nivel que yo'.
Humpty Dumpty tenía razón. Pero que la haya tenido no significa que deba ser así. Yo en verdad creo que la lengua es uno de esos lugares en donde se puede todo el tiempo subvertir la autoridad. Desafiar el significado, retar lo gramatical y burlarse de lo convencional son formas de buscar que la lengua no pertenezca a un grupo de poder reducido, sino a nosotros los hablantes, los todos-hablantes y no sólo unos. Lo correcto y lo incorrecto no son cosas decididas desde siempre y para siempre, son decisiones. Esas decisiones son nuestras y la decisión, para mí, es no definir lo correcto y lo incorrecto en el lenguaje pues sólo así estaríamos definiendo lo que somos: una pluralidad de voces, una pluralidad de ámbitos.

domingo, 21 de febrero de 2010

Premio al mayor esfuerzo

Siempre me ha parecido interesante esa gama de apertura que se sitúa entre nuestras percepciones como humanos y lo que se nos dice que es "objetivo". Una de las primeras veces que recuerdo haber notado esto fue cuando tuve mi primer reloj (era uno de Mickey Mouse haciendo diferentes deportes). Me acuerdo de estar en el salón de clases de la primaria, desesperado por salir y sintiendo que el tiempo pasaba mucho más despacio de lo que normalmente lo hacía. Volteaba a ver mi reloj cada pocos segundos y un minuto lo sentía como quince y quince como treinta y así hasta que por fin sonó la maldita campana.
¿Cuál tiempo es más real, el que sentimos o el que dice el reloj? ¿Qué tan objetiva es nuestra objetividad occidental? No lo sé pero sospecho que es bastante mediocre. Hoy he estuve leyendo un cuaderno de apuntes de Alfonso Reyes llamado Einstein y en una de las últimas páginas cuenta que "una de las rutas mandarinas más importantes era computada en 193 li [unidad de medida] de norte a sur y en solo 190 li de sur a norte, porque en un sentido se andaba cuesta arriba, y cuesta abajo en el otro" (Reyes, Einstein, p.101). Me pareció maravilloso. Los chinos tomaban en cuenta algo que en occidente sería inconcebible: la dificultad y el esfuerzo. No basta la "distancia exacta" para saber todo lo necesario para hacer un viaje, la dificultad de un camino y el esfuerzo requerido es tan importante como la distancia exacta entre un punto y otro.
A final de cuentas, el considerar la distancia en medida exacta como objetividad es solamente una elección histórica; considerar objetiva la distancia y el empeño lo es también. Pero lo que me gustó es que los chinos prestaran atención a ese espacio que se sitúa entre la percepción y la medida y en ese espacio estaba su objetividad: sabían que en la percepción del hombre es más difícil un camino cuesta arriba y que se gasta más energía física y mental en éste; sabían también la medida en lis entre un punto y otro. Y esos tres lis de diferencia entre el norte-sur y el sur-norte representan esa gama de apertura que se abre entre dos formas de interpretación del mundo, la de la medida y la de la percepción.

jueves, 18 de febrero de 2010

Sentencia

Así como el excesivo regalo en el comer y el lujo en el vestir son señal de una civilización enferma, así el refinamiento en el hablar, sobre todo si es frecuente, manifiesta que están degeneradas las almas de quienes así se expresan.
-Séneca-

Esta sentencia fue encontrada la hemos vuelto a encontrar en varios encuadernados en nuestra propia biblioteca.

domingo, 14 de febrero de 2010

Géneros de fe

Durante mucho tiempo se creyó que los géneros literarios eran modelos universales, que siempre existieron y que siempre estuvieron "ahí" para que cada época o cada autor eligiera su favorito para desarrollar su trabajo. La cosas eran tan fáciles como tener una lista de géneros posibles, tan invariables como las preposiciones. La realidad es que todo esto es una farsa. Los géneros literarios no han existido "desde siempre" no son iguales a través de la historia y por supuesto que no son una categoría universal y cerrada.
Los géneros literarios son como cualquier religión, existen mientras que tengan creyentes. Mientras existan personas que "sepan" que están leyendo una novela, un poema o una tragedia, una novela, un poema y una tragedia existirán. Los géneros son moldes o modelos que una comunidad de lectores específica (espacio/tiempo) crea en relación a prácticas de lectura de lo que consideran "literario". Estos moldes cambian, se inventan, se desintegran y se renuevan continuamente. Incluso en géneros literarios existen clases sociales: siempre habrán géneros privilegiados y géneros marginales.
La novela es un ejemplo perfecto. Durante mucho tiempo la novela básicamente no existió; hubo explosiones en la época clásica y en la edad media tardías y luego a partir del Renacimiento fue agarrando vuelo hasta llegar a ser un género dominante. Para Bajtín la novela surgió de la risa, eso es, de como las distintas expresiones literarias clasificadas como cómico-serias (sátira, diálogos, etc...) fueron permitiendo la exploración del mundo en el que vivimos y no del mundo del "pasado absoluto perfecto" (de la épica, la tragedia y demás); la novela es justamente esa imperfección en el sentido de inacabada: puede absorber todo (diálogos, poemas, cartas, etc...), puede tratar de lo que sea, puede no tratar, puede estar en orden o en desorden, en verso o en prosa; todo lo puede porque no está acabada. La novela pasó de ser un género marginal y nacido de lo marginal para llegar a poseer la hegemonía. Pero esto tampoco es así para siempre; incluso hoy se podría pensar que ha perdido buena parte de esa hegemonía.
El punto es que los géneros literarios son creaciones hechas por los lectores mismos. Ellos, nosotros, decidimos lo que es literatura y clasificamos este material de acuerdo a lo que nuestras prácticas de lectura y nuestras técnicas de interpretación nos hacen concebir como semejantes, relacionamos a través de formas, funciones, estilo y cualquier otra cosa que encontremos pues siempre hay que recordar que en este mundo tan vasto y tan heracliteano, el hombre siempre se siente más seguro en un terreno que cree familiar.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Fragmento

Mientras este racionalismo greco-europeo ha estado todavía vigente, el hombre que vivía dentro de él percibía las divergencias que dentro de su seno había: las disputas, las disonancias producidas por su íntima complejidad. Percibía la complejidad inmediata por encima de la unidad fundamental y al igual que aquél que habita dentro de un edificio, no puede percibir su silueta. Mal síntoma es cuando percibimos la silueta total de algo; por lo menos, es signo de que comienza a abandonarnos [...] Porque la unidad en la vida es el anuncio de la muerte [...] No sucede otra cosa en esa vida anónima que llamamos sociedad, que se sostiene mediante una cultura y que trasciende en la historia. Vemos un horizonte histórico cuando ya no estamos propiamente bajo su cueva, cuando ya se ha congelado en algo escultórico, fundido en el hielo inmortal de toda muerte.
-María Zambrano.-

Fragmento tomado de la La crisis del racionalismo europeo.