miércoles, 3 de febrero de 2010

Fragmento

Mientras este racionalismo greco-europeo ha estado todavía vigente, el hombre que vivía dentro de él percibía las divergencias que dentro de su seno había: las disputas, las disonancias producidas por su íntima complejidad. Percibía la complejidad inmediata por encima de la unidad fundamental y al igual que aquél que habita dentro de un edificio, no puede percibir su silueta. Mal síntoma es cuando percibimos la silueta total de algo; por lo menos, es signo de que comienza a abandonarnos [...] Porque la unidad en la vida es el anuncio de la muerte [...] No sucede otra cosa en esa vida anónima que llamamos sociedad, que se sostiene mediante una cultura y que trasciende en la historia. Vemos un horizonte histórico cuando ya no estamos propiamente bajo su cueva, cuando ya se ha congelado en algo escultórico, fundido en el hielo inmortal de toda muerte.
-María Zambrano.-

Fragmento tomado de la La crisis del racionalismo europeo.


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