viernes, 18 de diciembre de 2009

La cultura según Stephen Greenblatt

Stephen Greenblatt es un teórico del llamado Nuevo Historicismo, corriente teórica que es heredera del pensamiento de Raymond Williams y Michel Foucault sobre todo. Siendo muy escuetos, para el nuevo historicismo una época histórica es un espacio y un tiempo en donde múltiples "energías" chocan: las energías dominantes, las energías sometidas, las energías liberadoras, etc... y estas "energías" pueden ser vistas muy en claro en algunos productos culturales como los textos literarios. Pero para poder llegar a estudiar la importancia de la literatura y los demás productos culturales de una época, primero se debe entender qué es cultura y en qué sentido un texto se inmerge en ésta.
Por cultura normalmente entendemos todas las prácticas, los gustos, las creencias y todo lo demás que hace el ser humano y que no tiene que ver con instintos naturales. Así, por ejemplo, comer es un instinto natural, pero comer mole poblano es cultural; tomar agua es instinto, agua de horchata es cultural; tener sexo es natural, pensar que las güeras son guapas es cultural, y un largo etc.....
Greenblatt no tiene ningún problema con esto pero lo que a él le interesa es algo así como la doble cara o la construcción paradójica de la cultura: toda cultura esta compuesta de un lado conservador, en el que se marcan límites respecto a ciertas cosas y de un lado móvil que mantiene a cada cultura en una constante reformulación. Por ejemplo, la cultura occidental en su gran parte marca un límite en cuanto a las parejas hombre-mujer: un hombre, una mujer. Hay culturas en las que un hombre tiene derecho a muchas mujeres, no en la cultura occidental sin importar qué tanto quisieran justo eso muchas personas. No importa pues en ese caso la cultura marca el límite y difícilmente cambie esto con el tiempo. Por otra parte, en México hasta hace unos cuantas décadas no había nada parecido a la Coca-Cola; hoy en día, cualquier puesto de tacos, de mariscos, todos lados (inclusive los más tradicionales) venden este refresco. Ese es un ejemplo de como la cultura también se transforma para agregar nuevas cosas de manera tan impecable que hoy un niño no se cuestiona un mundo en el que no hubiera existido ese refresco.
Pero que da la otra pregunta, ¿Qué tiene que ver la literatura? Para Greenblatt mucho. No tiene caso ponernos a discutir aquí los pros y las contras de una visión nuevo historicista (que sin duda existen) sino poner el punto sobre la mesa. Para Greenblatt en los textos literarios se pueden ver estas "energías culturales" estos destellos de conservación y de movimiento que van moldeando cada cultura. Si volvemos a ejemplos anteriores, hace no mucho salió una película de Woody Allen llamada Matchpoint, la trama de la película era que un hombre joven, bien casado, con un porvenir le es infiel a su esposa y tal es su desesperación que termina matando a la amante. En la película se nos hace evidente (y lo es para nuestra cultura) que el tipo está haciendo las cosas de una forma atroz y una vez terminada la película sabemos una vez más que la infidelidad es mala. En este caso un producto cultural (película) está reforzando y solidificando (para bien o para mal, cada quien) eso que arriba habíamos dicho ser una energía conservadora. Pero así como pasa esto, también hay obras y productos culturales en los que se puede ver la otra visión, la visión de apertura (las primeras novelas con ideas feministas de Woolf abrieron paso a un gran cambio). Y en este mismo sentido también se pueden oír y sentir en los textos literarios las voces de lo dominante y de lo oprimido, del uno y del otro, y es en este tipo de textos, en los textos que más voces aceptan que podemos ver, según los nuevos historicistas, la formación y la transformación de las culturas.

jueves, 17 de diciembre de 2009

¿Qué es la interpretación?

Interpretar es dar significado a algo, dar sentido. Por decirlo de algún modo: si yo volteo a ver ahora mismo una nube y le veo forma de dinosaurio, estoy interpretando esa nube como un dinosaurio y le estoy dando ese significado en el sentido en que para mí representa o se parece a un dinosaurio. Todo el tiempo interpretamos: interpretamos desde el sonido del despertador como la hora para levantarnos hasta "señales" en personas para ver si están enojadas, contentas, etc... Pero ¿qué pasa cuando interpretamos textos? El problema es evidente. Si alguien interpreta una nube como tiranosaurio rex, aunque la nube parezca todo menos eso, no pasa nada pues no hay una correcta interpretación para la forma de la nube. Pero en cambio la interpretación de un texto envuelve el problema de que el texto sí tiene un significado original que entra en conflicto con el significado interpretativo de cada lector y cada grupo de lectores. Muchas veces el significado no representa un conflicto pero otras veces es casi un enigma.
Para descifrar estos enigmas cada lector y cada grupo de lectores utilizan distintas técnicas y distinto acercamientos. Y la realidad es que las interpretaciones pueden variar muchísimo y esa es la realidad en cuanto a la lectura: cada quien se acerca al texto con lo que tiene y el resultado puede ser muy distinto al de alguien más.
No quiero ser exhaustivo y el propósito de esta entrada era simplemente señalar un primer acercamiento a lo que conocemos como interpretación, que es para mí el acto en que damos un significado a algo. Hemos mencionado el hecho de que existen muchas ténicas interpretativas, también convenciones válidas, etc... y hemos mencionado que hay textos cuya interpretación es muy disputada por lo difícil que es. Quiero dejar como reflexión una sola cuestión: ¿Cuál significado es más válido, uno que es el que el autor quería dar a cierta hipotética obra y que nadie nunca encontró, o otro que pasó a ser el significado más aceptado para esta misma obra hipotética y que por causa de este significado "equivocado" la obra es valoradísima y estudiadísima y ha modelado parte de la cultura de cierto lugar y tiempo?

martes, 15 de diciembre de 2009

Océano mar

"Y destino sería el nombre de este océano mar, infinito y hermoso. [...] Este mar es un espejo. Aquí, en su vientre, me he visto a mí mismo. He visto de verdad."

-Alessandro Baricco-

sábado, 12 de diciembre de 2009

¿Qué es narrativa?

Otra vez nos encontramos en una situación de lo más típica que ocurre al reflexionar sobre la literatura: sabemos lo que es pero una vez que empezamos a tratar de definirlo nos empezamos a dar cuenta de cuán complicado y difícil es ese algo que parecía absolutamente dado por sentado. Cuando nos preguntamos qué es la narrativa ocurre justamente esto. Narrativa es, lo sabemos, la presentación de una secuencia de acciones (aunque estén en desorden). Esta "secuencia de acciones" puede ser la trama de una novela, una película, un evento histórico o una receta de cocina. No importa, lo que importa es que haya una secuencia de acciones ¿Pero entonces la narrativa es una forma, es un género, un estilo, o qué? Esta pregunta surge pues muchas veces se reduce narrativa a la novela y el cuento, separando así el drama y la poesía.El problema es que si nos atenemos a la definición que hemos dado más arriba, entonces excluiríamos mucha de la poesía (la poesía épica, la poesía -valga la redundancia- narrativa como el Polifemo de Góngora, entre otros géneros) y casi todo el teatro pues el drama también es una narración, pero presentada en discurso directo en vez de en discurso indirecto o mixto. La confusión surge al equiparar prosa/verso/drama con narrativa/lírica. La prosa, el verso y el drama son formas de discurso; la novela, el cuento, la tragedia y la épica son géneros literarios; y la narrativa y la lírica son, a mi entender tipos de contenido. Una composición literaria tiene un tipo de contenido: si lo que se quiere es contar una historia, por ejemplo, el tipo de contenido será el narrativo. Este contenido narrativo utilizará una forma para expresarse -pongamos por caso- la prosa. Y este contenido narrativo en prosa se inscribirá en un género como la novela, por ejemplo. Así, Moby Dick es una historia narrativa que utiliza la prosa y que pertenece al género conocido como novela.
En un pequeño artículo, J. Hillis Miller trata de responder otras preguntas interesantes respecto a la narrativa de ficción del tipo de ¿Por qué todos los hombres contamos historias? ¿Por qué nos gustan las historias? ¿Sirven de algo? etc... Además de que son interesantes la mayoría de sus respuestas a estas preguntas, es interesante también los tres elementos que distingue como vitales para que podemos llamar a algo narrativa: a) tiene que haber una secuencia de acciones con principio-vuelta-conclusión (o jugar con el hecho de que esta es la expectativa) b) tiene que haber personificación (prosopopeia es el mamema) y c) se tiene que crear un mundo complejo donde inscribir estas acciones.
Como conclusión a este breviario quiero cerrar con una de las respuestas que Hillis Miller trató de dar respuesta y esta es ¿Qué nos hacen las historias? No nos hacen mejores personas. Puede que sirvan a cambiar una situación o algo así pero esto no ocurre lo suficiente como para decir que es por eso que leemos. Es verdad, y lo dice Hillis Miller, que a menudo moldean las expectativas culturales de una sociedad (estar enamorado, ser un héroe, etc...). Es verdad también que son una válvula de escape a las limitadas posibilidades de la vida real (en la literatura somos todos y si somos asesinos no importa por que no es "real"). Pero sobre todo, nos hace ver y aprender, para bien, para mal o para nada, lo que somos nosotros como individuos y lo que somos como colectividad, como humanidad. Se pueden ver distintas posibilidades de humanidad, de sentimientos, de pasiones y de todo lo demás. Y también podemos ver lo que apreciamos, lo que gozamos y lo que nos emociona así como lo que rechazamos y odiamos. Y eso nos hace comprender mejor lo que somos cada quien y lo que es la humanidad y el mundo en que vivimos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Una opinión respecto al estructuralismo

Es bien conocido, para aquéllos que estén familiarizados con el proyecto estructuralista, que a los representantes de esta corriente teórico les encantaba inventar palabras mamonas para términos que ya existían. Así, por ejemplo, si se querían referir a un narrador dentro de la historia narrada, en vez de decir "narrador dentro de la historia", decían narrador autodiegético. Esta nomenclatura exagerada para todo aquello que formara parte del fenómeno literario se dio por el hecho de que el proyecto estructuralista buscada afanosamente convertir la literatura en un sistema, en una especie de ciencia reducible a términos y clasificaciones que agruparan todo cuanto pudiera existir en la literatura. El problema con estos mamemas (lexemas mamones,mamadores, etc..) es que terminaron convirtiendo lo que decían -que podía ser interesante- en un discurso entendible por una minoría pues si no se conocía su lenguaje, no se entendía una sola idea en el texto. El resultado es obvio: la crítica y la teoría de la literatura se fue alejando de la gente y se fue reduciendo a un grupo de intelectuales que conocían el lenguaje de los mamemas estructuralistas. La pregunta que surge inevitablemente, y que dejaré como una conclusión abierta a la reflexión de cada quien es ¿Para qué carajos vas a hacer algo que solamente un puñado de personas va a entender cuando lo podrías hacer (diciendo exactamente lo mismo) y hacerlo entendible a todo aquel que le interese leer tu trabajo?

domingo, 15 de noviembre de 2009

jueves, 12 de noviembre de 2009

Notas hacia una edición crítica del episodio "My day at the races" de Scrubs

1. Victoria's Secret es una marca de ropa interior para mujeres que se caracteriza por tener contratadas modelos muy famosas. En este caso Gisele se refiere a la modelo brasileña Gisele Bündchen, hoy casada con el famoso quarterback de los Patriotas de Nueva Inglaterra, Tom Brady. El comentario tiene, por otra parte, la intención de burlarse de los estereotipos sexuales: la mujer como atenta y empática y el hombre como interesado sólo en el sexo.
2. J.D. se burla aquí del lenguaje cada vez más plagado de términos y estructuras tecnológicas. Véase como ejemplo todos los nombres surgidos del ipod: ihome, itouch, iskin, etc...
3. Ahora la burla es hacia la moda de hacer una fiesta temática para respetar las "tradiciones culturales".
4. La canción "Kung Fu Fighting" de Carl Douglas y Vivian Hawke se usa aquí por el simple hecho de que Turk está peleando (fighting) por un puesto de cirujano y su jefe es asiático (Kung Fu).
5. La hipnosis consiste en la inducción de un paciente a través de sugestiones positivas a un estado mental en donde la naturaleza crítica del paciente se anula. El creador la hipnosis moderna fue el francés Franz Antón Mesmer en 1778. Ya en la Inglaterra del siglo XIX se utilizó la hipnosis como anestesia con tasas de mortalidad bastante bajas para la época; no es muy común en la actualidad.
6. Por otra parte, Turk habla de Beyonce de un grupo llamado Destiny's Child y Dr. Cox de Gwen Stefani del grupo No Doubt.
7. Referencia a Las Vegas y sus atracciones baratas.
8. Turk canta un pedazo de "Safety Dance" de Men Without Hats.
9. Eliot se refiere a la canción "Der Kommissar" de After de Fire (original por Falco en alemán).
10. Godzilla, el apodo que le da Dr. Cox a Jordan, fue un famoso dinosaurio destructor de ciudades de una película de los noventas.
11.Frogger, el juego que Turk presume haber jugado mientras tenía sexo, es un juego de arcade parecido a Pacman que consiste en una rana que tiene que esquivar coches sin ser atropellada.
12. La fantasía de Eliot: el ladrón de manzanas mexicano y la niña rica dueña de la destilería de sidra es un tema constante en Scrubs, pero no es, ni mucho menos, una fantasía común.
13. El cereal de J.D.: J.D.'s bananas and nuts tiene por un lado un significado natural en el hecho de que plátano y nueces no es algo raro en un cereal, pero por el otro tiene un significado sexual al referirse claramente al órgano sexual masculino. Supongo que por eso lo rechazaron.
14. El triatlón es una competencia deportiva que combina la natación, el ciclismo y trote. La historia es discutida (no se sabe si nació en Francia o en Hawaii) pero es un hecho que se convirtió en deporte olímpico en Sidney 2000. Las distancias varían pero en la competencia olímpica son: 1.5km de nado, 40km de ciclismo y 10km de trote.
15. Es evidente que el agua estaría helada, se trata de Seattle, ¡la ciudad del oeste gringo más al norte!
16. La fantasía de Jake nunca la sabemos.
17. Este comentario genial es una probable referencia a las clases de natación en Estados Unidos, es maravilloso.
18. el nombre T-Bone para disfrazarse de magnate petrolero es una burla probable a los habitantes de Texas.
19. Caltech (California Technological Institute) es una de las universidades más reconocidas en el mundo en lo que respeta a la ciencia.
20. Es posible tener alusinaciones por cansancio o deshidratación, por lo que no es extraño que J.D. esté alucinando luego de un triatlón, lo que si es extraño es que su alucinación sea ver a Eliot vestida de delfín.
21. La canción que suena a lo largo del final del episodio es "Everybody's changing" de Keane.
22. "All good things must come to an end" es probablemente una frase de uso común y popular en Estados Unidos, un equivalente a los refranes en español.
22. Me parece que lo de Almost Magazine no es, en el episodio de Scrubs, más que una burla de Dr. Cox al hecho de que la operación no pudo terminarse. Sin embargo, he encontrado una reviste inglesa que de hecho se llama Almost Magazine y que precisamente reporta cosas que casi pasaron para bien y para mal. El link es: www.almostmagazine.co.uk.
23. "The human spirit can overcome any obstacle" es un extracto de Port Huron manifiesto del grupo activista Students for a Democratic Society escrito por Thomas Hayden.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

¿A quién le vas?

El otro día en clase de español se dio un ejemplo con la marca de catsup del monte y su slogan: archirequeterecontrarico (o algo así) y me hizo recordar que de niño yo siempre tomaba posición por alguna marca de una competencia (con preferencias absolutamente arbitrarias, por cierto). Por ejemplo: si había catsup del monte y clemente jacques elegía del monte simplemente por elegir una. Es como si los niños tuviesen que tomar partido una y otra vez, como si todo fuese un partido. Claro que no estoy asumiendo que todos los niños del mundo dividan todo en equipos y elijan bandos, pero definitivamente fue mi caso y me pasé horas y horas de mi infancia eligiendo que donas, que mostaza, que catsup, que jugo, que papas, todo.

martes, 20 de octubre de 2009

La obra infinita

El día de hoy fui a una conferencia impartida por el Dr. Jacques Joset, profesor emérito y gran figura de la Universidad de Lieje. Esto viene a cuento ya que la conferencia inició con una cita de Jorge Luis Borges en la que éste decía que un texto nunca es definitivo. Me parece, auditorio, que vale la pena que al menos pongamos esta cita y lo que ella implica sobre la mesa. Habrá quienes, defendiendo la obra intelectual del autor digan que por supuesto que es definitivo en tanto que es lo que el autor ("dueño de la obra") quiso hacer. Otros, fielmente atados al texto dirán con un derroche de "sentido común" que lo que a ellos les importa es lo que ven, o sea, el clásico "ver para creer" de Tomás. Pero otros, finalmente, dirán que el texto no es definitivo en tanto que falta una pieza clave para que la obra literaria funcione: el lector. Y es que a lo que se refiere Borges, y que más tarde dirían desde distintas perspectivas Eco, Fish, Culler y la Escuela de la Recepción, es que el texto no sólo es incompleto sin un lector que se lea, sino que el hecho mismo de que se necesite un lector y que este nunca vaya a ser uno sólo hace que el texto nunca sea definitivo, que tenga una diversidad de lecturas, de interpretaciones, y de reacciones, todo esto condicionado por muchísimos factores de muchísimas índoles como puede ser el idioma, la cultura, la condición socioeconómica, el contexto de experiencias personales, y demás. Y es que es imposible y absurdo pensar en la posibilidad de que sólo haya una interpretación, o sea, un archilector que todos los lectores reales representaran. Por supuesto que hay crítica más válida que otra, interpretaciones mejor y más profesionalmente hechas que otras, etcétera; pero el hecho de que estas interpretaciones existan y deban ser tomadas en cuenta por lo estudiosos de la literatura no desmiente el hecho de que en la vida real, en el lector común lo que pasa con la literatura es un juego en el que todo el tiempo participa el lector con su propio mundo, con sus propios intereses y con su propio bagaje cultural.

jueves, 15 de octubre de 2009

El Carnaval y el Decamerón

La obra literaria, dice Bajtín, ha adoptado y absorbido los significados del carnaval. Esto lo llama carnavalización. El carnaval implica siempre una duplicidad, un doble sentido al por mayor; es ese espacio donde por un tiempo se es lo que normalmente no se es. Es un mundo al revés, un mundo de ser lo Otro, lo ajeno. Es un mundo donde la risa es risa por burla pero también por diversión, donde la corona es poder y destronamiento, es todo duplicidad. Ahora bien, Bajtín dice que cada época tuvo y tiene más carnaval y menos carnavalización o al revés. Pero en la Edad Media, carnaval y carnavalización literaria conviven y se retroalimentan (duplicidad otra vez) y es tal vez una época que nunca se repetirá. Y es en esta época que encontramos una obra capital de la literatura occidental, el Decamerón de Giovanni Bocaccio. Esta obra es una verdadera carnavalización literaria, y lo es no sólo en un sentido, sino en dos, o sea, en una duplicidad de nuevo (como todo en el carnaval). Primero es en su significado textual. La obra gira en torno a temas completamente "al revés" de lo que la literatura de la época contaba y además es una burla al mundo normal que en verdad sólo oculta otro. Así pues, el Decamerón es una parodia de todas las jerarquías sociales y de los comportamientos "normales" de la gente. Por eso vemos, por ejemplo, al religioso cojiendo con una inocente y además diciendo que estaban "metiendo al diablo en el infierno", que es una absoluta burla del lenguaje y los conceptos católicos. El otro motivo por el cual la obra es carnavalizante es por que el autor mismo la escribió, y al escribirla sabemos que la valoraba y demás, pero por otro lado le daba pena enseñarla al mundo (en especial a su mejor amigo, Petrarca); esto es una ambivalencia también, escribir y no querer mostrar. Es por eso que creo que esta obra tan genial es una perfecta representación de lo que Bajtín quería decir cuando nos hablaba de carnavalización literaria.

miércoles, 7 de octubre de 2009

El Laberinto

Parsifae, esposa del rey Minos, fue seducida por el mismo toro que Minos había pedido como señal a los dioses (la dicha de hoy es la desdicha del mañana ¿verdad?); como resultado a esta seducción, la reina cretense tuvo un hijo, con cuerpo de hombre y cabeza de toro: el Minotauro. Minos, avergonzado, hace construir a Dédalo, el gran arquitecto, un laberinto para guardar a esta criatura. Nadie encontró nunca la salida a ese laberinto y todos morían a manos del minotauro; todos excepto Teseo que entró amarrado con un hilo para recordar, después de matar al minotauro, la salida del laberinto.
En este mito encontramos sentadas las bases de lo que sería la razón, camino de la verdad en el mundo de occidente. Permítaseme. El toro, animal seductor y provocador de los más atroces y más impulsivos deseos del hombre es la representación de Dionisios, el dios griego de los instintos y de las fuerzas vitales y extáticas del hombre. Pero aún el Minotauro, mitad hombre mitad bestia, también Dionisios, pero el Dionisios que todos llevamos dentro: el de nuestros instintos, el de las pasiones. Y Teseo, por su parte, representa la parte Apolínea (aunque con reservas, como apunta Girogio Colli) y sobre todo la parte de la techné, el uso del pensamiento, de la idea y del ingenio (el hilo). El Minotauro y Teseo pelean, fuerza e instinto contra técnica e idea luchan a muerte, sólo uno puede vencer, y ese lugar donde pelean, el lugar de donde un vencedor surgirá, el laberinto es el Logos, la razón, la verdad. Y los griegos eligen a Teseo vencedor: eligen la idea y la racionalidad contra los impulsos y las pasiones como el camino hacia el conocimiento, hacia la salida verdadera y única de ese logos que es en verdad un laberinto

Un poema de Villaurrutia

Variaciones de Colores

Rojo y gris,

verde y rojo

y amarillo el tapiz

y rojo tu sonrojo.

Es este cielo gris,

la calzada de un rojo

húmedo, hojas muertas,

amarillo el tapiz

y verdes las ramas alertas…

Tu corazón es rojo

mi pensamiento es gris

amarillo el crepúsculo

amarillo el tapiz.


-¿Excelente no?-

miércoles, 19 de agosto de 2009

¿Qué es la literatura?

¿Qué es la literatura? Esa es una de las preguntas fundamentales, sino es que la pregunta esencial para cualquier principio, intento o amague de internarse en la teoría, la crítica o el estudio de la literatura. Es evidente ¿no?, a fin de cuentas ¿Cómo podremos estudiar teoría literaria si no sabemos desde un inicio lo que entendemos como literatura? Yo sé que parece obvio, incluso burlesco pero es una realidad que muy poca gente se detiene a pensar e intentar definir eso que consideramos “la literatura”. El propósito de este breve comentario es hacer un intento de definición.
Y es que a veces evadimos la pregunta –conciente o inconcientemente– pues por un lado encara mucha dificultad y por otro lo damos por sentado. La entada en el mundo literario, el de los autores, las obras “capitales”, las otras obras, la poesía, el teatro, y todo lo demás es algo que se da de manera bastante sencilla. Una vez que empiezas a leer a un autor y este te menciona otro y otro a su vez, o cuando recibes recomendaciones vas construyendo tu camino, tu telaraña de obras y autores. La cultura te dice, la escuela también, los autores de los maestros no son tan diferentes a los que ya conocías o habías oído o visto nombrar, y poco a poco vas adentrándote, te vas dejando llevar y luego de un tiempo, tal vez no puedas decir la “definición” de literatura, pero sabes perfectamente el conjunto de autores y obras que son consideradas “buenas”, “capitales”, “regulares”, “best-sellers” y todo el paquete. Pero la pregunta es ¿qué es lo que tiene o comparte ese “paquete” de materia cultural que hace que llamemos en conjunto literatura?
Una primera definición nos llevaría a proponer que la literatura es primero y antes que nada un producto cultural del hombre. La literatura ciertamente no preexistió a la comida, el sexo, a la reproducción y a todas las demás necesidades básicas para la supervivencia. La literatura es un fenómeno cultural y de casi todas las culturas del mundo habidas, existentes y por haber. Es además un producto cultural basado en el texto, en general el escrito. Es verdad que hay y hubo la llamada “literatura oral” y que esta incluso existió antes de la literatura escrita, pero no obstante esto, es literatura en cuanto la recibimos y la estudiamos como un texto, como un material a ser leído. Lo mismo pasa con las canciones. Es sin duda interesante para un literato, por ejemplo, analizar una canción de Joaquín Sabina. Sin embargo, no se analizará en este caso el producto cultural relacionado con la música y su ritmo o con el compás que usa la batería. Se analizará el texto, la llamada “letra” de la canción. Y en este sentido podemos decir que lo literario incluye los productos culturales en su forma textual, ya sea esta oral, o escrita. Pero en cuanto planteo esta definición surge el gran problema, ¿Por qué, entonces, no todo lo escrito y lo textual es considerado literatura? Muchos escritos filosóficos, la obra de Darwin, la teoría de Oparin-Haldane ciertamente son textos y ciertamente fueron hechos para ser leídos y sin embargo, no son considerados “literatura” como tal ¿Cuáles son, por lo tanto, los límites y qué es lo que comparten las obras que sí son consideradas literarias en diferencia a las que no lo son?
En primera instancia nos aparecen la clásica suposición de que la literatura es todo eso que no es real, que es producto de la creación y la imaginación. Pero es evidente que no satisface nuestro problema. Los diarios, las autobiografías, las cartas, el ensayo literario, los sermones, entre otros muchos ejemplos, son bien reales y son igualmente considerados literarios. Es obvio que no es literario única y exclusivamente la ficción y lo creativo, pues como dice Terry Eagleton, ¿[…] la historia, la filosofía y las ciencias sociales carecen de carácter creador y de imaginación? , en fin, por ahí no va la cosa.
Los formalistas rusos proponían que la literatura era un desvío lingüística del lenguaje ordinario. La literatura para ellos ocurre cuando en vez de usar el lenguaje ordinario, manipulamos y distorsionamos este hasta enrarecerlo. Sin embargo, creo que esto tampoco es realmente válido para definir los límites de lo literario pues existen muchos textos que sí consideramos literarios y que no enrarecen el lenguaje, que usan al escribir, lenguaje que si lo sacéramos de contexto parecería “normal”. Y es que la visión de los formalistas rusos, citando una vez más a Eagleton, “equivale realmente a pensar que toda literatura es poesía” , y aún así, todos los recursos literarios y poéticos (metáfora, metonimia, hipérbole, etc…) son recursos que aunque pocas veces lo notemos, usamos al por mayor en el lenguaje cotidiano. Un ejemplo que tomo de la excelente obra de George Lakoff es el hecho de que consideramos al tiempo en cuestiones económicas y metaforizamos a partir de esto: “el tiempo es dinero”, “perdí mucho tiempo”, “gané tiempo”, “invertí mi tiempo en eso”, etc… No podemos entonces considerar la desviación del lenguaje ordinario al raro el límite entre lo literario y lo no literario pues, como hemos visto, nos traería problemas por todos los frentes.
Otros han propuesto que la literatura es lo que no tiene un fin pragmático inmediato. Es evidente que no tiene un fin práctico inmediato, como por ejemplo, si lo tiene el trabajo del hombre de la ambulancia cuya sirena oigo desde mi ventana y que intentará al instante salvarle la vida a un hombre. Pero que no tenga un fin práctico o pragmático es algo absurdo. Los mitos religiosos y las escrituras religiosas, por supuesto que tenían y tienen un fin práctico y nada menos que la religión, y son consideradas literarias. Lo mismo cuando estudiamos teatro medieval, por ejemplo, dentro del cual se incluye y estudia el llamado “drama litúrgico” que consistía en pequeños diálogos dentro de la liturgia hechos con el fin de remarcar algún mensaje como el nacimiento o la resurrección de Jesús. También tenían un fin práctico los poemas épicos y las canciones y romances juglarescos de la Edad Media, y este era entretener a la gente, lo mismo que los cuentos populares y los cuentos infantiles que contamos a los niños para que se vayan a dormir. La literatura ejemplar, los proverbios, la literatura didáctica de la Edad Media, todo eso tenía el propósito de enseñar a través de la literatura. Incluso yo y probablemente usted, al leer, tratamos de entender, de ampliar nuestros conocimientos. Así pues, no creo que la literatura carezca de fin, incluso si a usted el fin le parece inútil.
Y es que, a fin de cuentas, no existe una sola razón o una sola característica que haga que cierre y circunscriba todo lo que consideramos literatura. Literatura es a fin de cuentas, lo que nosotros, como sociedad llena de cultura, de juicios, de creencias, de ideología, consideramos literario ahora. Y esto quiere decir que nunca ha sido, es, ni será lo mismo pues lo literario lo definimos sólo a partir de lo que nosotros consideramos como literario, así sin más. Para mí o para usted puede parecer evidente el conjunto de autores y obras, el “paquete” que mencionábamos: Proust, Gónora, Shakespeare, etc…Pero en una época futura, por ejemplo, nada, absolutamente nada, garantiza que se va a seguir considerando a las Soledades de Gónora una obra literaria. Y es por eso también que hoy en día textos que no fueron hechos con afanes literarios, como el Corbacho, que fue originalmente un tratado filosófico, o el Popol Vuh, que era el mito de la creación Maya, son considerados bien importantes en la tradición literaria de sus respectivos lugares y sus respetivas lenguas. Y lo mismo pasa, por supuesto, al revés: textos que eran considerados literarios son descartados por nuestra cultura actual. También la distinción entre buena y mala literatura es exclusiva de una época específica y por eso lo que hoy consideramos buena literatura puede que sea considerada mala en un futuro y viceversa. Volvamos a Góngora, por ejemplo, durante bastante tiempo considerado abominable y hoy en día considerado capital para las letras hispánicas.
En conclusión podemos decir que la literatura es un conjunto de materia cultural textual que vive en un constante cambio, en una constante deformación y variación que no tiene una “esencia” que al momento de verse sepamos que será considerado literario para siempre. Y justamente son los criterios y los valores específicos de cada sociedad los que definen y redefinen la literatura e incluyen en esta distintas obras, distintos autores y distintos textos que son apreciados ya sea por su valor histórico, por su valor escrito, por su significado y demás. Entonces, la literatura tal vez se podría definir como el material cultural textual que es apreciado y definido por cada sociedad de acuerdo a sus criterios estéticos.
Y creo que hay ciertos criterios que hasta cierto punto se han mantenido estables en cuanto a lo que consideramos literario: la novela, la ficción, la poesía, el teatro y demás; pero esto no garantiza que siempre será así y que Shakespeare va a seguir siendo considerado valioso o literario de aquí a cuatro siglos. Y en cuanto a los textos que causan más problemas, los textos otrora filosóficos, religiosos y demás que ahora son considerados literarios (y viceversa) creo que lo que sucede es lo siguiente. Un texto se vuelve literario en el momento en que su significado original se pierde o deja de ser prioridad y en cambio se vuelve valioso por otros criterios y significados (como reflejo de una época, como un texto retóricamente interesante, como un testimonio cultural, etc..). Es el caso, por ejemplo de los mitos de creación de las culturas antiguas como el Popol Vuh; originalmente un texto religioso, mítico e incluso ritual, que al desaparecer la religión maya, el valor religioso original se transfiere a un valor estético como literatura de una civilización antigua. Así, el Corbacho de Alfonso Martínez de Toledo perdió su valor filosófico y de tratado moral y ahora se estudia como un texto que refleja el pensamiento de una época y una argumentación y una concepción del mundo particular y es considerado entonces literario, mientras que Platón, por tener todavía valor por su significado original como filosofía (y que por supuesto, también tiene un valor retórico de argumentación y concepción del mundo) no es considerado literario. Es evidente que no está del todo resuelta la cuestión, pero es definitivamente algo se debe de seguir tejiendo y explorando pues, como hemos visto, no es materia sencilla.

Notas: Terry Eagleton, Una introducción a la teoría de la literatura, FCE, México, 1998.