viernes, 18 de diciembre de 2009

La cultura según Stephen Greenblatt

Stephen Greenblatt es un teórico del llamado Nuevo Historicismo, corriente teórica que es heredera del pensamiento de Raymond Williams y Michel Foucault sobre todo. Siendo muy escuetos, para el nuevo historicismo una época histórica es un espacio y un tiempo en donde múltiples "energías" chocan: las energías dominantes, las energías sometidas, las energías liberadoras, etc... y estas "energías" pueden ser vistas muy en claro en algunos productos culturales como los textos literarios. Pero para poder llegar a estudiar la importancia de la literatura y los demás productos culturales de una época, primero se debe entender qué es cultura y en qué sentido un texto se inmerge en ésta.
Por cultura normalmente entendemos todas las prácticas, los gustos, las creencias y todo lo demás que hace el ser humano y que no tiene que ver con instintos naturales. Así, por ejemplo, comer es un instinto natural, pero comer mole poblano es cultural; tomar agua es instinto, agua de horchata es cultural; tener sexo es natural, pensar que las güeras son guapas es cultural, y un largo etc.....
Greenblatt no tiene ningún problema con esto pero lo que a él le interesa es algo así como la doble cara o la construcción paradójica de la cultura: toda cultura esta compuesta de un lado conservador, en el que se marcan límites respecto a ciertas cosas y de un lado móvil que mantiene a cada cultura en una constante reformulación. Por ejemplo, la cultura occidental en su gran parte marca un límite en cuanto a las parejas hombre-mujer: un hombre, una mujer. Hay culturas en las que un hombre tiene derecho a muchas mujeres, no en la cultura occidental sin importar qué tanto quisieran justo eso muchas personas. No importa pues en ese caso la cultura marca el límite y difícilmente cambie esto con el tiempo. Por otra parte, en México hasta hace unos cuantas décadas no había nada parecido a la Coca-Cola; hoy en día, cualquier puesto de tacos, de mariscos, todos lados (inclusive los más tradicionales) venden este refresco. Ese es un ejemplo de como la cultura también se transforma para agregar nuevas cosas de manera tan impecable que hoy un niño no se cuestiona un mundo en el que no hubiera existido ese refresco.
Pero que da la otra pregunta, ¿Qué tiene que ver la literatura? Para Greenblatt mucho. No tiene caso ponernos a discutir aquí los pros y las contras de una visión nuevo historicista (que sin duda existen) sino poner el punto sobre la mesa. Para Greenblatt en los textos literarios se pueden ver estas "energías culturales" estos destellos de conservación y de movimiento que van moldeando cada cultura. Si volvemos a ejemplos anteriores, hace no mucho salió una película de Woody Allen llamada Matchpoint, la trama de la película era que un hombre joven, bien casado, con un porvenir le es infiel a su esposa y tal es su desesperación que termina matando a la amante. En la película se nos hace evidente (y lo es para nuestra cultura) que el tipo está haciendo las cosas de una forma atroz y una vez terminada la película sabemos una vez más que la infidelidad es mala. En este caso un producto cultural (película) está reforzando y solidificando (para bien o para mal, cada quien) eso que arriba habíamos dicho ser una energía conservadora. Pero así como pasa esto, también hay obras y productos culturales en los que se puede ver la otra visión, la visión de apertura (las primeras novelas con ideas feministas de Woolf abrieron paso a un gran cambio). Y en este mismo sentido también se pueden oír y sentir en los textos literarios las voces de lo dominante y de lo oprimido, del uno y del otro, y es en este tipo de textos, en los textos que más voces aceptan que podemos ver, según los nuevos historicistas, la formación y la transformación de las culturas.

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