jueves, 1 de julio de 2010

El léxico en la periferia: el Diccionario Jázaro de Milorad Pavic

Es verdad que existen ciertas características prototípicas que definen a la novela como género. Si pensamos en novelas como Guerra y Paz, Madame Bovary o Pasaje a India, es posible recuperar ciertas características que nos muestran que las tres son novelas. Pero también es verdad que la novela es un género cuya característica principal es la apertura, es decir, la capacidad de adaptar en su interior distintos géneros, lenguajes, temas y demás. El Diccionario Jázaro de Pavic es una novela que, en mi opinión, funciona, entre otras cosas, al situarse en la periferia del género novelístico. Al hacer esto la novela posibilita una serie de rasgos formales, argumentativos y poéticos que sólo pueden ser comprendidos y dados por buenos al ser toda la novela, en su conjunto, una novela en la periferia. El Diccionario Jázaro trabaja, en pocas palabras, a través de una poética de la extrañeza.
Empecemos por los rasgos materiales, por el libro mismo. Este no es común. El título de la portada y de la primera página no es el mismo que el de la página legal, algo realmente raro; el libro tiene género y el lector en la librería debe de elegir entre el ejemplar masculino y el femenino; el texto está dividido en cuatro colores de márgenes: negro, rojo, verde y amarillo; todo el texto está cubierto, además, por pequeños símbolos: una cruz, una luna en cuarto menguante y una estrella de David, además de un triángulo y una A. Así pues, desde el mismo instante en que el lector toma el libro ya sabe que leerá algo inusual y sabe que es una novela simplemente por que en el título lo dice: Diccionario Jázaro. Novela léxico, aunque podría estar siendo engañado. En fin, lo que es seguro es que desde antes de empezar la lectura las reglas ya se han perdido y los límites también.
Los rasgos formales. El Diccionario Jázaro dice ser un estudio erudito y en base a esto se caracterizan sus rasgos formales. La novela es un diccionario dividido en tres libros, las fuentes cristianas, las fuentes islámicas y las fuentes judías, y, dado que es un diccionario, las entradas (fuentes) de cada uno de estos libros están ordenadas alfabéticamente. El truco creo que es obvio: la trama no está ordenada ni causalemente ni temporalmente pues se debe de obedecer el orden alfabético. Esto implica que a una fuente del siglo IX le pueda seguir una del siglo XX, por ejemplo. Esto exige mucho al lector, le exige memoria, atención y le exige la capacidad de hilar una trama desplegada a lo largo de toda la novela. Y esto es apasionante.
El tema. Un diccionario que es la segunda edición de otro diccionario que ya no existe y que el autor de esta segunda edición nunca conoció; una polémica que el libro nunca resuelve; un pueblo del cual se nos dice que se va a hablar pero que pasa a segundo plano frente a los interesados en estudiar a ese pueblo; un estudio "erudito" en el que nada es dicho con seguridad; vientos que tienen colores, movimientos de sables que pertenecen a ciertas constelaciones, profecías y un pueblo cuyo dinero son las lágrimas: en fin, una novela fantásticamente rara. Pero al final, toda esa extrañeza que empieza desde el momento mismo de tomar el libro y que se desarrolla durante toda la lectura, sorprendiendo y deleitando al lector, es indecible para cualquier reseña o crítica pues sólo puede ser comprendida, unida e hilada en la lectura de cada uno de estos lectores a quienes, estoy casi seguro, les quedará siempre la sensación de haber leído una de las novela más extrañas, pero también una de las más hermosas e increíbles del mundo.

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